SÍNTOMAS DEPRESIVOS
El
estado de ánimo deprimido es una de las condiciones de malestar psicológico más
frecuente de los seres humanos. De
hecho, la depresión es el diagnóstico
clínico que se emplea con más frecuencia y el que potencialmente tiene más
peligro de mortalidad debido a las conductas suicidas.
Es
frecuente escuchar en la población expresiones tales como “estoy depre o me
siento decaido”. Sin embargo, sentirse
triste o deprimido no es un síntoma suficiente para diagnosticar una depresión.
Esta distinción es importante, pues la depresión entendida como síntoma (es
decir, sentirse triste) está presente en múltiples situaciones de la vida como
por ejemplo en enfermedades médicas o situaciones personales (ruptura de
pareja, despido laboral, etc) sin que
por ello constituya un síndrome depresivo.
Por tanto, si empleásemos el estado de ánimo como único criterio para definir la depresión incurriríamos en un exceso de falsos diagnósticos positivos, es decir, toda o casi toda la población estaría diagnosticada de depresión
Por tanto, si empleásemos el estado de ánimo como único criterio para definir la depresión incurriríamos en un exceso de falsos diagnósticos positivos, es decir, toda o casi toda la población estaría diagnosticada de depresión
Desde
el punto de vista psicológico el cuadro que presenta una persona deprimida
puede ser muy variado en cuanto a sus síntomas, su evolución temporal y su gravedad.
Pero en general, cualquier persona deprimida presenta un conjunto de signos y
síntomas que podríamos agrupar en cinco
grandes núcleos:
1.
Síntomas anímicos.
La tristeza es el síntoma por
excelencia de la depresión. Además de estar presente en prácticamente todos los
deprimidos, es la queja principal en
aproximadamente la mitad de los pacientes.
Aunque
los sentimientos de tristeza, abatimiento, pesadumbre o infelicidad, son los
más habituales, a veces el estado de ánimo predominante es de irritabilidad,
sensación de vacío o nerviosismo. Culturalmente la mujer ha expresado con más
frecuencia síntomas de tristeza y llanto y el hombre lo ha hecho a través de la
irritabilidad y el enfado.
En
casos de depresiones graves, en ocasiones, el paciente puede llegar a negar
sentimientos de tristeza, alegando ser incapaz de tener ningún
sentimiento.
2.
Síntomas motivacionales y conductuales.
Uno de los aspectos subjetivos más dolorosos para
las personas deprimidas es el estado
general de inhibición en que se hallan. En efecto, la apatía, la
indiferencia y, en definitiva, la anhedonia o perdida de la capacidad para
disfrutar de las cosas es junto con el estado de ánimo deprimido el síntoma
principal de un estado depresivo.
En su forma más grave este
tipo de inhibición conductual se conoce como retardo psicomotor, que consistiría en un enlentecimiento
generalizado de las respuestas motoras, el habla, el gesto y una inhibición
motivacional casi absoluta. En casos extremos, éste retardo puede llegar al estupor depresivo, un estado
caracterizado por mutismo y parálisis motora casi totales, muy similar al
estupor catatónico.
3.
Síntomas cognitivos.
El
rendimiento cognitivo de una persona deprimida está seriamente afectado. Este
aspecto es fundamental y desde la perspectiva psicológica están en la base del
trastorno y del tratamiento.
Podemos distinguir:
-
Déficits formales: La memoria, la atención y la capacidad de concentración pueden llegar
a resentirse drásticamente incapacitando el desempeño del sujeto en las tareas
cotidianas. El rendimiento intelectual de una persona deprimida es muy pobre
llegando hasta el punto de que en ocasiones parece que estemos ante una persona
con retraso mental.
-
El contenido
de las cogniciones de una persona depresiva está también alterado. En efecto,
la valoración que hace una persona deprimida de sí misma, de su entorno y de su
futuro suele ser negativa (Es lo que se conoce como la Triada cognitiva
negativa de Beck). La autodepreciación,
la autoculpación y la pérdida de autoestima suelen ser, por lo tanto,
contenidos claves en las cogniciones de estas personas.
Los
modelos cognitivos de la depresión plantean que estas cogniciones negativas
pudieran tener un papel causal, más que sintomatológico, en el desarrollo del
trastorno. Es decir, las cogniciones serían un elemento etiológico, estarían en
el origen de la depresión más que un síntoma de la misma.
4.
Síntomas físicos.
La
aparición de cambios físicos es habitual y suele
ser uno de los motivos principales por los que se solicita la ayuda de un
profesional. Un síntoma típico, que afecta a un 70-80% de los pacientes
depresivos, son los problemas de sueño. Normalmente se trata de insomnio (problemas para quedarse
dormido, despertar frecuente a lo largo de la noche o despertar precoz), si
bien en un pequeño porcentaje de pacientes puede darse hipersomnia. Otros
síntomas físicos comunes son la fatiga,
la pérdida de apetito y una disminución de la actividad y el deseo sexual
que, en los hombres, puede incluso acompañase con dificultades en la
erección.
Aunque cerca de un 5 % de la población sufre al menos un
episodio de depresión grave durante su vida, relativamente pocas personas
(aproximadamente sólo una de cada cinco) buscan ayuda para solucionarlo. Una de
las razones que se ha esgrimido para explicar este hecho es que mientras que el
estado de ánimo de los que piden ayuda y de los que no la piden es semejante,
los que acuden a un profesional presentan una sintomatología vegetativa y
somática mayor, es decir junto al estado de ánimo bajo se encuentra problemas
de sueño, perdida de apetito, cansancio, cefaleas, ... Así pues, los síntomas
físicos a veces se consideran como una importante línea divisoria entre la
depresión normal y la depresión clínica, es decir entre aquellos que buscan
ayuda médica o psicológica y aquellos que no lo hacen.
También,
las personas que se deprimen se quejan con frecuencia de molestias corporales
difusas (dolores de cabeza, de espaldas, náuseas, vómitos, estreñimiento
,
micción dolorosa, visión borrosa, etcétera). De hecho, es el médico internista
o el médico de familia, y no el profesional de la salud mental, el que trata en
primera instancia a los pacientes deprimidos en la mayoría de los casos.
5. Síntomas
interpersonales.
Una
importante característica de las personas deprimidas es el deterioro en las relaciones con los demás (familiares, amigos y
conocidos). De hecho, un 70% dice haber disminuido su interés por la gente.
Estos pacientes normalmente sufren del rechazo de las personas que les rodean,
lo que a su vez reactúa aislándoles aún más de manera que se produce un circulo
vicioso de aislamiento, pérdida o disminución de refuerzo social y depresión.
Este
área tiene un gran interés desde el punto de vista clínico y la superación del
estado depresivo ya que los estudios que se hacen al respecto ponen de
manifiesto que un funcionamiento
interpersonal inadecuado suele ser un buen predictor de un peor curso de la
depresión.
Publicado por: Antonio Luis Guerrero Gutiérrez
Psicólogo Especialista en Psicología Clínica
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